domingo, 4 de abril de 2010

TERCER EVENTO CULTURAL

Materia: Economía Internacional II
Alumno: Cervantes Ibáñez Carlos
Tarea: Reporte de evento cultural
Fecha: domingo 4 de abril de 2010


La Semana Santa en Iztapalapa 2010

Bueno la semana santa dura del domingo de ramos, que en este año fue el 28 de marzo, hasta el domingo de gloria el 4 de abril, realmente no fui toda la semana sino más bien en los días en que todos van, que es el viernes santo.

En la calle se podían encontrar varios extranjeros, incluyendo a personas de Sudamérica, por ejemplo uno que otro argentino. Además de personas provenientes del interior de la república. Los puestos de comida y artesanías comenzaban la entrada del metro Cerro de la Estrella. En la mañana, como a las 9:00, los puestos de tamales y atole estaban con gente, a esa hora todavía el calor no se sentía tan duro como a medio día. En un puesto de tamales estaba una señora, con unos kilos de más, junto con su marido, que ostentaba otros kilos extra en el estómago y sus hijos, entrándole a su “guajolota” y su vaso de atole.

Llevaban todo lo necesario para pasar todo el día en la celebración: lentes para el sol, sombrero de playa, sandalias y su bolsa para guardar sus accesorios.

Entre los puestos de artesanías estaban las ollas de barro de varios colores, figuras de barro, servilletas de colores, juguetes de madera, pulseras, aretes, telescopios hechos de envases de leche unidos hasta formar un cilindro y con espejos en los extremos; rehiletes de varios tamaños, figuras de alambre, además de cobre con las cuales forman la figura de arañas, del Quijote, de animales varios, estaban figuras de alambre de una sola pieza, además de juegos de ilusión: una especie de aros entrelazados a los cuales se les tenía que hacer una suerte de movimientos y se separaban, con otro movimiento se volvían a unir; figuritas para el refri, juguetes de madera (al parecer) que movían la cabeza, es decir tenían la figura de tortugas, pericos, jirafas, etc., pero que movían la cabeza de un lado a otro y no se detenían. También había velas de olores, puestos con piedras como cuarzos de colores, varitas de incienso, pulseras de tela con diferentes figuras bordadas, collares de cuarzo, etc.

De puestos de comida, pues estaba desde el pequeño puesto de pepitas, de dulces mexicanos como alegrías, palanquetas, marinas, entre otros; hasta los puestos de comida rara como las jícamas espolvoreadas con distintos polvos de sabor, chicharrones de harina con ingredientes como aguacate, lechuga, jitomate y chile, todo puesto encima del chicharrón, los cueritos de cerdo y otros alimentos; había puestos de paletas de hielo, helados, refrescos preparados. Enfrente del mercado de Iztapalapa se concentran los puestos de comida como romeros con mole, chiles rellenos, barbacoa, etc.

Las calles principales, por donde pasan los nazarenos, los romanos y las vírgenes del pueblo estaban libres de puestos. Los nazarenos que cargan sus cruces son desde niños de 12 años hasta personas de 30, los niños que cargan su cruz pasan caminando muy rápido, algunos se detienen a descansar y los acompañan sus familiares o amigos, igual lo hacían los mayores. Los romanos, con toda la figura de policía de crucero, pasaban con sus caballos, a cada momento a lo largo del día pasaban los nazarenos junto con los romanos y las vírgenes por las calles.

La zona estaba acordonada por policías, patrullas, ambulancias y gente de la delegación que permitían el paso a algunos vendedores. Para el medio día el calor aprieta, y en medio de tanta gente la sensación de calor se hace más fuerte.

En la Macroplaza Cuitláhuac se llevó a cabo la representación de varios pasajes del Nuevo Testamento, de los evangelios, donde se vio como azotaban a Cristo. En la misma Macroplaza se disponen cuatro escenarios tres en donde se escenifican la Última Cena, el Lavatorio de Pies y el Primer Concilio y el del viernes donde se representa los azotes. Claro que los escenarios cambian de un día a otro.

Pero ir al Cerro de la Estrella para ver la crucifixión requiere tener una fe demasiado grande, por lo que no nos animamos a ir. Solo nos quedamos en los alrededores de la Macroplaza y en la entrada, donde se ponen los puestos ambulantes.

Bueno, como no soy cristiano este tipo de eventos no me causan la menor motivación, pero como fenómeno cultural y como análisis de todas las ganancias que se pueden generar en un solo día es interesante. No sé cuántas personas de las que estuvieron ese día (más de dos millones) abrieron algún día su Biblia, o si tienen alguna en su casa o si se toman el tiempo para leer algunos pasajes, o simplemente van a esta escenificación por costumbre. Pero bueno, eso es meterse en otros rollos.

Como análisis de cuantas ganancias se pueden generar en un solo día con este tipo de evento, es interesante observar que la fe puede ser un buen negocio. Será por esa razón que en varios pueblos de España se aparece la Virgen de cualquier cosa en algún pueblito alejado, porque bueno la fe mueve montañas de dinero.

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