domingo, 16 de mayo de 2010

Cuarto evento cultural

Materia: Economía Internacional II
Alumno: Cervantes Ibáñez Carlos
Tarea: Reporte de evento cultural
Fecha: domingo 2 de mayo de 2010


 


 

Día de la Santa Cruz en Iztapalapa.


 

Las fiestas religiosas son un buen pretexto para, entre otras cosas, echar desmadre, tomar en exceso y sentir que se cumplió con el santo o el patrono de la colonia o el pueblo. En Iztapalapa las festividades religiosas están prácticamente todos los días del año. Cuando acaban los carnavales comienza la celebración de la pasión en semana santa, después siguen las festividades propias del pueblo celebrando a los distintos patronos de las diferentes colonias.

El 3 de mayo Día de la Santa Cruz o de los albañiles, en Iztapalapa se celebra durante cinco días. Es una mezcla de jolgorio, flores, comida, cohetes, baile y música. Son días de cohetes todas las noches, siendo el punto final el día 3 cuando la noche se llena de luces de fuegos artificiales, cuando la música resuena en todo el pueblo y los compas andan con su botella de alcohol en la mano. En la plaza del pueblo se montan los castillos, se llena de puestos de comida y de gente que va a celebrar.

Cabe decir que se celebra por dos: pues el pueblo se llama Pueblo de la Santa Cruz, en la delegación Iztapalapa, de ahí que se lleven casi una semana en la celebración, y por otro lado los albañiles celebran su día y construyen altares dedicados a la cruz, los adornan con flores y papel de colores. La gente que trabaja en las construcciones festeja y abundante comida. En los lugares donde hay obra se pone una cruz adornada por flores que es colocada en el lugar más alto de la obra. Una vez instalada la cruz y el altar comienza la fiesta. La comida es por lo general pollos rostizados, tacos de carnitas o barbacoa, todo acompañado de cerveza, o agua de sabor, aunque en el tiempo que llevo asistiendo a este tipo de celebración no he visto albañil que tome agua. Claro que la comida y algunos cartones de cerveza van por cuenta del patrón. Los demás cartones y los tragos de vino ya son por cuenta de los albañiles.

Esta tradición data de la época colonial a partir de la formación de los gremios y según viejas crónicas fue impulsada por Fray Pedro de Gante. La celebración fue suprimida del calendario litúrgico por el papa Juan XXIII, sin embargo los albañiles, siguieron manteniendo viva dicha tradición.

Bueno las personas que asisten a este tipo de eventos son albañiles, por supuesto, sus esposas e hijos. Los maestros albañiles ya con las evidencia del trabajo en el cuerpo, sea por que la mayoría no muestra almacenes de grasa en el cuerpo, o por lesiones que sufren al momento de cargar bultos de 50 kilos de cemento, al momento de subir la mezcla a dos o tres pisos de altura; algunos cortes por la varilla, etc. Por eso, el día de la Santa Cruz se olvidan de trabajar y se dedican a celebrar, es más si es posible se toman otro día más para reponerse de las festividades y de la peda.

La fiesta que se celebra en la plaza del pueblo es más bien para ponerse borracho y bailar, pues los maestros albañiles si van, pero lo que abunda son los chavitos que solo van a echar desmadre. Se tiene licencia para tomar en la calle, siempre y cuando se esté dentro de un grupo más o menos grande. Hay grupos de música de banda que tocan casi hasta el amanecer.

En lo personal me gusta más la celebración que se lleva a cabo en alguna construcción, porque la relación con los maestros albañiles es cercana y abundan las historias, las experiencias de la vida que llevan después de tantos años de trabajar, convivir con otras personas y de buscar trabajo en diferentes lugares, hasta que por fin encuentran el trabajo de la construcción y se quedan en él. Aquí se convive con las personas y no con los títulos, aunque se muestra un cierto grado de respeto por la persona que logra levantar una casa de tres pisos, pero la relación no es tan intimidante como lo es en alguna oficina. Aquí se puede pendejear al compañero, e incluso al maestro, sin mayor problema. Este aspecto de la festividad me agrada bastante, el otro, de la fiesta para embriagarse y solo hacer desfiguros en la calle prefiero pasarlo de largo.


 

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